Atrás queda aquel partido hace poco más de dos semanas en el que perdimos con idéntico tanteo pero resultados invertidos, aunque cierto es que hubo prórroga. Quizás esta derrota nos hizo madurar los últimos minutos o simplemente la balanza se inclinó a nuestro lado.
Como se puede ver, no se puede hablar de magnificas defensas, esto era un auténtico festival anotador en el que todo lo que se tiraba entraba, la verdad es que era un intercambio de canastas que se celebraban como si de un gol de fútbol se tratase. Los banquillos también jugaron su 'partido' hablando en la defensa y animando en ataque, bebía más agua de la sed de animar que de jugar.
Nosotros empezamos otra vez con el tiempo muy justo para calentar y entrar en el partido, y eso que jugamos en casa. Un entrenador, un capitán, un jugador sabe perfectamente en la cara de un compañero si está mentalizado para jugar el encuentro o no, faltaban menos de 20 minutos para empezar el encuentro y aún el pabellón con gente del fútbol sala, ni corto ni perezoso se me ocurrió el único juego en el que haces que te actives y consigas entonarte para el partido.... ¡El 'pilllao'! No sé si sirvió de algo, pero unas risas nos pegamos y se vio más unión y ganas.
El partido comenzó con cierto respeto el uno del otro y erráticos, conforme avanzaba el juego se iban ajustando las mirillas. Ellos salieron con ganas desde el primer minuto y tenían muy claras las directrices a seguir, no bajarón los brazos ni un solo momento, rotaron mucho, yo solo veía que hacíamos un parcial y enseguida nos recortaban 8 puntos, nos pusimos a 13 y enseguida estaban a 3, hubo partido hasta el último segundo.
¿Se podía haber rematado el partido? Pues sinceramente, creo que no. A todos nos gusta jugar un partido relajado sin sufrimientos, pero para rematar un partido hay que tener dos cosas claras, el equipo que adquiere la ventaja querer culminarla y no relajarse, y el equipo que va por debajo querer dejarse remontar, y tanto Sierramar como Mazarrón el fin de semana pasado no son equipos que vayan a dar su brazo a torcer...
Este fin de semana descanso, a recuperar lesionados y ver esos partidazos que hay en nuestro grupo.
Remato la entrado con una frase que dije en el vestuario al finalizar el partido, aunque no conozca la autoría y se personifique, tiene un excelente significado: "Todos somos importantes, pero ninguno imprescindible".